DE IMPROVISO

La voluntad y la disciplina lo son todo. La disciplina en cuanto a la obra total, la voluntad en cuanto a sus partes. Voluntad y capacidad son aquí una unidad, quien no pueda tampoco mostrará voluntad. La obra se completa entonces mediante la conjunción de las partes gracias a la disciplina orientada al conjunto.

Paul Klee, Diarios 1909

Puede sorprendernos encontrar la palabra disciplina en el vocabulario de un pintor de la vanguardia del Siglo XX, pero es bastante común en los escritos o en las palabras del artista de oficio de cualquier época.

Se ha vendido con éxito la leyenda del genio tocado por la locura de los dioses, que actúa por inspiración y sin esfuerzo ni formación. También se ha querido exportar a otros ámbitos fuera del arte, y así tenemos por ejemplo genios de las finanzas y magos de los negocios.

Algunos artistas ayudaron a forjar la leyenda por diversos motivos destruyendo ensayos y trabajos de juventud, como por ejemplo Miguel Ángel, que quemó muchos de sus dibujos anteriores a la Capilla Sixtina, trabajo en el que realmente se formó como pintor.

El que haya un aprendizaje y un proyecto previo a la obra no quita valor a ésta, al contrario es signo de oficio, experiencia y orgullo en el trabajo bien hecho. ¿No sería bueno que estas cualidades volvieran a tener buena prensa?

Tener una visión de conjunto, un plan de futuro, objetivos y fines, es lo que justifica el que podamos en un momento dado improvisar ante un imprevisto y ser flexibles.